Shakira y Gerard Piqué se reencontraron este viernes para discutir el punto más delicado de la relación que llevaron durante 12 años: la custodia de sus dos hijos, Milan y Sasha. Fue un encuentro en la oficina de un exclusivo bufete legal en Barcelona, que al final terminó sin solución.
No pasó desapercibida la actitud radiante de Shakira a la llegada al lugar, que lució como pocas veces su largo pelo alaciado. A Piqué se lo notó intranquilo y enfadado desde que ingresó al encuentro.
La pareja intenta evitar que sea un juez el que decida si los pequeños se quedan en Barcelona o se mudan a Miami como busca la cantante colombiana. Además lograrían evadir con ello un juicio mediático cuyas principales víctimas pueden ser los pequeños.