Los mini cerdos como animales de compañía se han popularizado en todo el mundo durante estos últimos años, y es que se trata de una especie muy inteligente, leal y cariñosa, de muy bajo mantenimiento. Sin embargo, con el paso del tiempo pueden hacerse muy grandes, causar problemas con los vecinos y necesitan mucho espacio y alimentos, por lo que a veces algunos dueños se han visto obligados a dar a sus cerditos en adopción por no poder hacerse cargo de ellos.
Esto mismo le sucedió a Mariela y a su familia que tras convivir tres años con su mini cerdo llamado Roma, decidieron darlo en adopción porque ya no podían mantenerlo más. Sin embargo, su nuevo dueño les engañó: les dijo que quería el cerdito para cuidarlo y que jugara con sus hijas, pero cuando llegó a casa lo mató y se lo comió.