El país continúa enfrentando una grave crisis de desabastecimiento de diésel y gasolina, afectando a miles de ciudadanos y, especialmente, al sector del transporte. A pesar de los compromisos asumidos previamente por el Gobierno, muchas de las promesas no se han cumplido, lo que ha generado una creciente frustración en la población, informó Víctor Sánchez, ejecutivo del transporte libre.
Actualmente, se estima que cerca del 70% del transporte público y de carga permanece paralizado o haciendo filas de varias horas —e incluso días— en estaciones de servicio. Esta situación está generando un impacto directo en la distribución de alimentos, servicios esenciales y el sustento de miles de familias, quienes describen los perjuicios como “grandes e insostenibles”.
La incertidumbre crece entre los trabajadores del volante, quienes ven con poco optimismo las medidas que pueda tomar el próximo gobierno. “Ya hemos escuchado muchas promesas, pero seguimos igual o peor. Lo que necesitamos son soluciones concretas, no discursos”, expresó un chofer que esperaba abastecerse desde la madrugada.
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