La ciudad de Potosí enfrenta una de las peores crisis por desabastecimiento de combustible en los últimos años. La gasolina se ha agotado en gran parte de las estaciones de servicio, muchas de las cuales permanecen cerradas desde hace días. Mientras tanto, miles de movilidades forman extensas filas que se extienden por varios kilómetros en los surtidores que aún prometen alguna esperanza de reabastecimiento.
La situación se ha vuelto insostenible. Decenas de conductores, extenuados tras pasar al menos dos días en sus vehículos, han decidido bloquear diferentes calles de la ciudad como medida de protesta y desesperación. Los bloqueos, realizados con las mismas movilidades que esperan combustible, han generado caos en el tráfico y paralizado aún más la actividad económica local.
“Llevamos más de cuatro días aquí, sin movernos, sin respuestas. Ya no podemos seguir así”, declaró un chofer de transporte público, visiblemente afectado por la situación.
La crisis no solo afecta al tránsito vehicular, sino que ha golpeado de lleno la economía de muchas familias. Para un amplio sector de la población potosina, su vehículo es su única fuente de ingresos. Sin gasolina, los ingresos se han reducido a cero. “Mi familia vive de lo que gano cada día con mi movilidad. Ahora no tenemos ni para el pan”, lamentó otro conductor.
Hasta el momento, las autoridades no han ofrecido una solución clara ni una fecha concreta para la normalización del suministro de combustible, mientras crece el malestar social y la incertidumbre entre los ciudadanos. La población exige una respuesta urgente antes de que la situación derive en una crisis aún mayor.
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